Santo Domingo. – El dirigente político Ramfis Domínguez Trujillo expresó su descontento este jueves tras la sesión del Consejo Económico y Social (CES), presidida por el mandatario Luis Abinader y los expresidentes Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina.
Según Trujillo, el encuentro no permitió una participación efectiva de los sectores convocados ni abordó de manera profunda la crisis migratoria que atraviesa el país.
El líder político presentó su propio plan migratorio, denominado Plan 27 de Febrero, desarrollado hace más de 12 años, con 25 medidas concretas.
Sin embargo, Trujillo denunció que la sesión del CES se limitó a una «plataforma simbólica» sin generar acciones reales.
«Queríamos entregarle al presidente nuestro plan, pero nos encontramos con un espacio vacío de propuestas eficaces», declaró.
Deportaciones de haitianos
En sus declaraciones, Trujillo también cuestionó las cifras oficiales sobre las deportaciones de haitianos ilegales.
Afirmó que el anuncio del presidente sobre la deportación de 40 mil haitianos mensuales es «irreal», y subrayó que la capacidad real de Migración para manejar este flujo es de apenas 15 mil personas.
«Necesitamos triplicar esa capacidad y pasar de las palabras a los hechos», insistió.
El político también destacó la necesidad urgente de regularizar la informalidad laboral generada por la migración ilegal.
Aseguró que más de 500 mil empleos en el país están siendo ocupados por haitianos en situación irregular, sin que estos contribuyan al sistema fiscal.
Como propuesta, sugirió que los impuestos derivados de la formalización de estos trabajadores podrían destinarse a subsidiar la contratación de mano de obra dominicana.
Asimismo, Trujillo criticó una posible modificación al artículo 139 del Código de Trabajo, que, según él, facilitaría la legalización masiva de inmigrantes ilegales.
«Tenemos que preparar a los dominicanos, especialmente en el sector agrícola, que se ha vuelto cada vez menos rentable para ellos», agregó. Finalmente, hizo un llamado al gobierno para que aproveche el respaldo de Estados Unidos en el control de la frontera, pidiendo que se sustituyan las declaraciones por acciones concretas.