
Las autoridades han lanzado una advertencia importante sobre el uso de cascos de mala calidad, que están representando un riesgo silencioso para los motociclistas en las calles del país. De acuerdo con fuentes oficiales, una alta proporción de motocicletas circulando en diversas zonas están equipadas con cascos que no cumplen con las normas de seguridad necesarias para proteger adecuadamente la cabeza en caso de accidente.
En respuesta a esta problemática, diferentes sectores tanto públicos como privados han aprobado una normativa que exige que cada motocicleta vendida en el país incluya un casco protector. Esta medida busca reducir la alarmante tasa de muertes y lesiones permanentes que ocurren por accidentes en motocicletas.
El problema ha adquirido gran relevancia, ya que, según datos de las autoridades, el 65% de los accidentes de tránsito fatales registrados en el país involucran motocicletas, lo que convierte esta situación en un desafío urgente para las autoridades de salud y seguridad vial.
Uno de los principales factores de riesgo identificado por expertos es la baja calidad de los cascos utilizados por muchos motoristas, quienes, en algunos casos, optan por cascos que cuestan tan solo 500 pesos, los cuales no ofrecen una protección adecuada. Óscar Almánzar, presidente de la Federación Nacional de Motoconchistas (Fenamoto), respaldó la normativa recientemente aprobada, destacando que muchos motoristas utilizan cascos baratos que, al no cumplir con los estándares de seguridad, ponen en grave peligro su integridad física en caso de accidentes.
«El casco que cuesta 500 pesos no sirve, y lo que necesitamos es un casco que sea bien certificado, con los estándares de calidad apropiados, que no se rompa con facilidad, que sea cómodo y que además sea accesible para los motociclistas», afirmó Almánzar.
El gobierno y los sectores involucrados trabajan ahora en definir las especificaciones técnicas necesarias para los cascos, incluyendo la calidad del material, su adaptabilidad a las condiciones climáticas del país, y las entidades certificadoras encargadas de validar la seguridad de estos productos.
Este paso busca aumentar la seguridad de los motoristas y reducir las consecuencias fatales de los accidentes de tránsito, donde la protección de la cabeza juega un rol fundamental.